EUROPA
PRESS
29 agosto
2021
¿Por
qué ocurre un efecto rebote en el acné tras el verano?
El acné es un trastorno de los
folículos pilosos y las glándulas de grasa que se caracteriza por la aparición
de lesiones de distinta morfología, incluyendo tanto
lesiones no inflamatorias (comedones, o puntos negros), como lesiones
inflamatorias (desde pápulas rojas pequeñas hasta nódulos de gran tamaño).
Así lo afirma Carmen Alcántara, dermatóloga del Hospital Quirónsalud Córdoba, quien recuerda que en la formación de
acné intervienen distintos mecanismos, como son la oclusión de los poros, el
exceso de producción de grasa, la inflamación y la actividad de las bacterias
que habitualmente forman parte de la flora normal de la piel.
"Hay varias causas implicadas en la aparición de brotes
de acné, como son la actividad hormonal, los ciclos menstruales, el estrés, la
toma de algunos medicamentos o el uso de cosméticos inapropiados",
advierte la especialista.
En cuanto a la dieta, aunque los alimentos ricos en grasas
pueden favorecer el aumento de las secreciones sebáceas y podrían empeorar el
acné ya desarrollado, la dermatóloga subraya que el problema se encuentra en la
grasa que se produce en la piel, relacionada con las hormonas y no con los
alimentos ingeridos.
Ahora bien, durante el verano reconoce que el acné parece
mejorar, si bien aprecia que se trata de una mejoría "leve y habitualmente
temporal", pues las lesiones tienden a reaparecer pasado el verano.
"Aunque el sol tiene un efecto antibacteriano y
antiinflamatorio para la piel y el bronceado 'camufla' las lesiones, la
radiación ultravioleta aumenta la actividad de las glándulas sebáceas. Además,
con la exposición solar, la piel se vuelve más gruesa, lo que empeora la
oclusión de los poros", subraya la dermatóloga de Quirónsalud.
En verano nos relajamos
Es más, la doctora Alcántara mantiene que otras causas de
empeoramiento del acné en verano son la relajación en los hábitos y cuidados,
la interrupción de tratamientos que pueden ser fotosensibilizantes y el uso de
cosméticos (cremas, fotoprotectores, geles) no adaptados a las pieles grasas o
con tendencia acneica.
Por ello, en última instancia y para evitar el efecto
rebote, la experta muy importante mantener los cuidados diarios de la piel
durante todo el año: "Las pieles acneicas deben
continuar con geles limpiadores, mascarillas y exfoliantes específicos, pero
extremando una correcta hidratación y fotoprotección con productos oil-free y
no comedogénicos. En caso de persistencia de las lesiones, no obstante, es
recomendable consultar con un dermatólogo".
Desde la Fundación Piel Sana, de la Academia Española de
Dermatología y Venereología (AEDV) subrayan el acné se considera una
manifestación temprana de la pubertad (en las mujeres suele preceder a la
menarquia en más de un año), observándose el mayor número de casos en la
adolescencia (generalmente en la mitad o al final de este periodo, que va desde
los 13 a los 19 años).
Posteriormente, indica que su incidencia disminuye de forma
constante; si bien en el caso de las mujeres sostiene que el acné puede
persistir durante la tercera década o aún más tarde.
"El acné puede ser familiar, pero a causa de la alta
prevalencia de esta enfermedad, esta situación es extremadamente difícil de
confirmar", concluye.